sábado, 26 de diciembre de 2009

Un monstruo bajo la cama

-->


Como cada noche, luego de ponerse la pijama y cepillarse los dientes, Antonio pidió a su madre leyera su libro favorito. Al quedarse dormido su madre le dio un beso, le arropó y apagó la luz.

A eso de la media noche una sombra misteriosa salió debajo de la cama de Antonio, lentamente se puso de pie al lado de la mesita de noche. Aquel bulto era grande y en la oscuridad se podían distinguir un par de ojos y unos enormes dientes.

Poco a poco aquella cosa se inclinaba curioso sobre el niño. Antonio adormitado presintió la sombra cerca; ésta al ver que el niño se movía brincó sobresaltada e intentó meterse de nuevo bajo la cama, consiguiendo únicamente hacer un gran estruendo y despertar a Antonio.

El niño no daba pie a lo que sus ojos veían. Pronto sintió correr un escalofrío por su espalda, su corazón latía muy rápido, los pies y manos le pesaban y aunque quiso gritar, no pudo. La sombra corría de un lado a otro tropezando con los juguetes y los muebles de la habitación. Antonio en un acto de valentía encendió la luz.

¡Un monstruo! ¡Un monstruo! dijo Antonio con trémula voz. El monstruo al ver al chico empezó a llorar ¡un niño! ¡un niño! decía asustado.

Antonio pronto se tranquilizó al ver que el monstruo estaba más aterrado que él. Ofreciéndole su pelota azul intentó calmarlo.

Aquel enorme bulto verde no era más que una masa bonachona y risueña que aprovechaba la oscuridad para buscar amigos y poder jugar. Agarró la pelota entre pucheros, se secó las lágrimas y tras una gran sonrisa saltó a la cama abrazando efusivamente a Antonio.

Así pues, cada día luego de la merienda leen historias fascinantes, colorean libros con dibujos donde hay monstruos y niños horripilantes e inventan mágicas aventuras.


© Lissette Flores López. Derechos Reservados.

Valor educativo: Vencer miedos. Crear, imaginar.